Cualquiera puede ser un héroe. Cualquiera con el impulso de hacer el bien en este mundo. Cualquiera con el corazón y la voluntad de cuidar a los demás. Basta con preguntarle al IBO de Amway, Matt Tsuruda.

«Solo soy un tipo común y corriente», dijo. «Si no fuera por mi familia, mis amigos y las personas de este negocio, tal vez habría tenido un trabajo normal de nueve a cinco. No hay nada de malo en eso, pero todo habría girado en torno a mi vida y a mí». En su lugar, cuando tenía poco más de 20 años, Matt decidió construir un negocio Amway, lo hizo crecer hasta alcanzar el nivel Diamante junto con su esposa Sandee, con quien hoy lleva 33 años de matrimonio, y desarrolló una red de influencia que ahora le permite generar un impacto positivo en miles de vidas.

Para Matt, cuidar a los demás era su motivación en cada paso que daba. «Cuando comencé mi negocio Amway, vivía con mis padres y estudiaba en la Universidad de Hawái», mencionó. «Llegué a casa después de ver el plan de negocios y les dije a mis padres: “Papá, mamá, encontré algo que puede ayudar a cuidar de la familia”. Esa era mi esperanza y sueño. Esa era mi motivación».

Al principio, los resultados tardaron en llegar. Para Matt, construir el negocio significó mucho aprendizaje y cambio. «No era muy recorrido, elocuente, culto ni nada por el estilo», indicó Matt. «Realmente no sabía hacer nada de lo que se supone que uno debe saber para formar un equipo».

Sin embargo, así como Matt se sentía motivado a cuidar de su familia, su familia también se sentía motivada a cuidarlo. Matt comentó lo siguiente: «Mi hermana le dijo lo siguiente a mi hermano: “Eres la única persona de la familia que aún no ha apoyado a Matt en su negocio Amway. Será mejor que vayas y asistas a una reunión”. Entonces fue, y se convirtió en el motor de lo que estábamos haciendo».

Después de un año de auspiciar a su hermano, además de aprender, leer, escuchar audios y tratar de aplicar todo lo que le enseñaban, Matt comenzó a notar un cambio. «Yo me seguía sintiendo igual», aseguró. «Pero algo sucedió. Construimos un negocio. Auspicié a muchas personas y alcancé el nivel Rubí». Con tiempo y esfuerzo, el negocio creció a pasos agigantados.

«Nuestro lema es: fe, familia y tener un propósito», afirmó Matt. «Nos esforzamos para seguir esos principios todo el tiempo, todos los días; y es fácil, porque el entorno en el que estamos es justamente eso». Cuando el huracán Iniki azotó la isla hawaiana de Kauai en 1992, Matt se sintió motivado a participar en las labores de ayuda tras la catástrofe, a pesar de que aún no tenía los recursos para hacer mucho. En 2006, cuando un terremoto azotó Kohala, voló a Isla Grande durante dos días y se unió a los esfuerzos para levantar las casas que quedaron derribadas.

«Hay muchas causas increíbles en el mundo», aseguró Matt. «Hacemos las cosas que están a nuestro alcance. Hacemos lo que podemos».

 En 2023, este compromiso volvió a ponerse a prueba cuando devastadores incendios forestales arrasaron la cercana isla de Maui. Los incendios destruyeron la ciudad de Lahaina y provocaron la muerte de más de 100 personas. Matt comentó lo siguiente: «La noche que me enteré de los incendios, llamé a un par de personas y les pregunté qué tan grave era la situación. Me dijeron que era muy grave. Hubo gente que murió quemada en sus autos y otras que fallecieron quemadas en sus casas. Todos perdieron todo».

A raíz del desastre, grandes organizaciones de ayuda comenzaron a coordinarse para enviar donaciones, establecer centros de asistencia y levantar viviendas temporales, pero el proceso estaba tardando demasiado. Muchas personas necesitaban ayuda desesperadamente, y Matt y Sandee vieron la oportunidad de cuidar de ellas.

«Con la red que teníamos, sabía que realmente podíamos hacer algo más grande que todo lo que habíamos hecho antes», dijo Matt. Hicieron algunas llamadas y, en pocas horas, lograron impulsar los esfuerzos de ayuda comunitaria que comenzaron con su red Amway y crecieron rápidamente hasta incluir a miles de personas, desde voluntarios locales hasta donantes individuales en toda Norteamérica. En cuestión de días, reunieron miles de cajas de alimentos, ropa, artículos de higiene, ollas, sartenes, y suministros esenciales. Se comunicaron con una empresa para transportar las cajas a Maui, y los IBO que no se vieron afectados por los incendios ayudaron a organizarlas y distribuirlas.

«Fue increíble la cantidad de cosas que llegaron», comentó Matt. «Recibimos de todo. Amway hizo donaciones y también aportó dinero a la Cruz Roja y a una organización sin fines de lucro local que elegimos nosotros. Fue genial ver que todos estaban haciendo lo que podían».

Cuando le preguntaron qué podían aprender las personas de su historia, la respuesta de Matt fue sencilla: «Todas las personas son importantes No importa quiénes seamos, podemos marcar la diferencia».