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Bruce Kanegai ​​​​​​​

Bruce Kanegai lidera a los estudiantes en karate.
Bruce Kanegai lidera a los estudiantes en karate.
Bruce Kanegai lidera a los estudiantes en karate.

Bruce Kanegai

ALCANZA EL INTERIOR. NO TE DETENGAS.

Bruce Kanegai ha estado cerca de la muerte más veces de las que puede contar, ha ingresado a la sala de urgencias más de 50 veces en sus casi 76 años. Esto se entiende mejor si consideramos cómo él ha vivido: al máximo y totalmente comprometido.

Sus padres son la segunda generación de japoneses estadounidenses y fueron enviados a campamentos de reclusión durante la Segunda Guerra Mundial. Debido a esto, Bruce aprendió el valor de la resiliencia a temprana edad. A pesar de estar recluido, su padre quería contribuir en los esfuerzos de la guerra, por lo que se ofreció como voluntario en el Servicio de Inteligencia Militar del Ejército de EUA (MIS) y terminó formando parte del 442º Regimiento de Infantería, el regimiento más condecorado en la historia militar de EUA. Luego de su muerte, el mayor George Kanegai, padre de Bruce, fue galardonado póstumamente con la Medalla de Oro del Congreso por su servicio en el Teatro del Pacífico.

En Los Ángeles, Bruce vio a sus padres participar en varias organizaciones. Emergieron como grandes líderes de servicio dentro de su comunidad. Ver a sus padres trabajar con la iglesia, los líderes exploradores locales, varios alcaldes y el presidente de Estados Unidos influyó mucho en Bruce. «Me inculcaron: “Para ser un Líder eficiente, debes mantenerte fiel a tus compromisos”», explicó.

Esa capacidad de compromiso se muestra una y otra vez en la vida de Bruce, desde obtener récords en carreras de senderos y sobrevivir a la mordida de una serpiente, hasta aparecer en programas de telerrealidad y causar un impacto duradero con la enseñanza.

Bruce Kanegai sonríe mientras usa una camisa floral roja.

«

Si todos hicieran dos o tres cosas pequeñas todos los días, el mundo entero cambiaría.

Bruce Kanegai

Bruce Kanegai sonríe mientras usa una camisa floral roja.

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Si todos hicieran dos o tres cosas pequeñas todos los días, el mundo entero cambiaría.

Bruce Kanegai

Bruce Kanegai sonríe mientras usa una camisa floral roja.

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Si todos hicieran dos o tres cosas pequeñas todos los días, el mundo entero cambiaría.

Bruce Kanegai

En 1965, Bruce conoció el karate Shotokan y comenzó a practicarlo. Debido a que lo molestaban y acosaban cuando era pequeño, se motivó a ser más fuerte, tanto física como mentalmente. Dos años después, viajó con el primer equipo de karate de EUA hacia Japón. Hoy, su dojo es la escuela de artes marciales más antigua de Simi Valley, California.

Posteriormente, cambió las clases de karate por clases de arte, ya que se convirtió en profesor. En 1971, comenzó a enseñar arte a estudiantes de secundaria y sus lecciones de perseverancia marcaron la diferencia para miles de ellos.

«Si yo veía que un estudiante tenía problemas», indicó Bruce, «le decía: ‘Alcanza el interior y sé el líder’». Es un consejo que muchos de los estudiantes de Bruce tomaron al pie de la letra. Muchos de ellos han logrado carreras exitosas en las artes. «Tengo un estudiante que es un famoso tatuador», contó Bruce. «Otro se convirtió en diseñador de videojuegos. Otro estudiante, recuerdo haber conversado con su madre sobre si podía dedicarse al arte y diseño porque ella quería que fuera farmacéutico o médico, ahora es el diseñador principal de un gran fabricante de automóviles».

Además del karate y el arte, Bruce también ha sido instructor de excursionismo y estableció un récord al correr las 220 millas del Sendero John Muir. También ha capacitado a los oficiales de policía de California sobre técnicas de arresto y control. En total, Bruce estima que les ha enseñado a más de 15,000 estudiantes.

No es de extrañar que Bruce haya recibido muchas distinciones docentes, como ser nombrado Profesor del año por ocho organizaciones diferentes y escuelas de diseño. Bruce aprecia los reconocimientos, pero lo que lo hace más feliz es saber que sus estudiantes están triunfando. «Es gratificante ver cómo alguien usa correctamente los principios que le enseñaste», comentó.

Cuando le preguntamos qué lo motiva a seguir produciendo un impacto en las vidas de los demás, Bruce admitió: «Me encantan los desafíos». Cuando era un joven estudiante de karate, aprendió que esforzarse para superar los desafíos es parte del proceso. «Cada vez que estaba listo para darme por vencido, los instructores me susurraban: “Enfréntate a ti mismo. Resiste’. Eso me alentaba a seguir un poco más».

Como IBO de Amway, Bruce sigue teniendo un impacto en las vidas de los demás; su gran corazón y su positivismo implacable se reflejan en quienes lo rodean. Para él, que Amway se enfoque en perseverar, crecer y contribuir coincide con los valores inculcados por sus padres y le da sentido y propósito a su vida. «Estás aquí para llegar a las personas, para dar», indicó Bruce. «Trato de decir al menos cinco cumplidos sinceros al día. Puedes cambiar la vida de las personas con solo decirles un cumplido».

Cuando le preguntamos qué espera que otros conozcan de su historia, respondió: «Espero que piensen: ‘Ese tipo tiene casi 76; siempre fue el más pequeño, la última opción y una minoría, además, lo acosaban…, pero hizo todo esto. Creo que probaré algo nuevo’». Ya sea que comiencen a practicar un deporte, que hablen bien de otros o simplemente que devuelvan el carrito de compras a su lugar, Bruce espera que su ejemplo inspire a las personas a vivir con compromiso. «Si todos hicieran dos o tres cosas pequeñas todos los días, el mundo entero cambiaría», explicó.